¿Ciencias o letras? Esa es, con demasiada frecuencia, la única pregunta que se plantea a los adolescentes cuando llega el momento de decidir su futuro. Pero reducir la orientación profesional a una simple elección académica es quedarse en la superficie.
En realidad, este proceso puede ser una oportunidad poderosa para que los adolescentes se descubran, fortalezcan su autoestima y se conecten con lo que verdaderamente les mueve. Porque elegir una profesión no empieza con una lista de asignaturas: empieza con uno mismo.
-Acompañar desde la esencia
Cada adolescente p tiene una forma única de mirar, sentir y estar en el mundo. Por eso, el primer paso en la orientación que propongo es conectar con su esencia: con aquello que les fluye, que les motiva de forma natural, sin imposiciones ni etiquetas.
Cuando un joven se siente escuchado sin juicios, empieza a construir su identidad desde dentro, no desde lo que se espera de él. Esto fortalece su autoconocimiento y les permite tomar decisiones más coherentes y duraderas.
-Identidad y comunicación auténtica
Una parte clave del proceso es ayudarles a expresar quiénes son, qué necesitan y qué quieren desde su propia verdad. Aprenden a comunicarse con claridad, con respeto, sin miedo al rechazo ni a decepcionar.
Esto transforma la relación con su entorno. Padres, profesores, amigos… todos pueden convertirse en un equipo de apoyo real. Se crea una sinergia positiva donde el adolescente se siente acompañado, pero también libre. El momento de decidir “qué hacer con su vida” puede generar ansiedad y dudas. Pero en lugar de abordar el cambio desde el miedo, les enseño a vivirlo como una oportunidad. Aprenden a adaptarse, a tomar decisiones desde la calma, y a ser flexibles sin perder el rumbo.
-Detectar riesgos y reconocer apoyos sanos
La adolescencia es también una etapa en la que pueden surgir relaciones tóxicas, dependencias emocionales o dinámicas poco saludables. Parte del trabajo consiste en detectar estos riesgos a tiempo y fortalecer su red de apoyo. Les ayudo a identificar quiénes son sus pilares: personas reales, coherentes, con valores, que pueden servir de guía e inspiración.
-Mucho más que una elección académica…
La orientación profesional es, en realidad, un proceso de crecimiento personal. No se trata solo de elegir estudios, sino de conectar con una forma de estar en el mundo que les permita brillar, respetarse y construir una vida con sentido.
Porque cuando un adolescente se descubre desde su esencia y aprende a relacionarse con su entorno desde su verdad, todo cambia. Y es ahí donde empieza, de verdad, su futuro.